Decía el dramaturgo Ricardo de la Vega:
Siete virtudes tienen las sopas:
quitan el hambre,
y dan sed poca.
Hacen dormir y digerir.
Nunca enfadan y siempre agradan.
Y crían la cara colorada.
Ingredientes para 4:
- pan del día anterior (al gusto)
- 5 dientes de ajo
- 1 litro de agua o de caldo
- Dos guindillas
- sal y pimienta
- pimentón de La Vera
- aceite de oliva virgen extra
- Uno o dos huevos por persona
En una cazuela ponemos a calentar un buen chorro de aceite y en él pochamos los dientes de ajo cortados en láminas finas y las guindillas. Cuando estén dorados, los sacamos.
Añadimos al aceite el pan cortado en rebanadas y lo freímos un poco. Añadimos el agua y esperamos que hierva. Echamos los ajos que habíamos apartado y añadimos sal, pimienta y una cucharada de pimentón.
Dejamos que hierva durante 5 minutos.
Ponemos la cazuela a fuego medio y cascamos los huevos dentro de la sopa y dejamos que se cuajen.

Servimos en cuencos, con chile en copos, un poco de perejil y un chorrito de aceite virgen extra.
Esta sopa es deliciosa y tan sencilla de preparar. Me gusta mucho la combinación de ajo, guindillas y pimentón. ¡Perfecta para un día frío!
This article is wonderfully vivid and inviting! The detailed description of the soup makes it sound incredibly delicious and comforting. I can almost taste the flavors and imagine the satisfying warmth of this traditional dish. A true culinary gem!
Ay, la sopa de ajo siempre me recuerda a mi abuela. Su versión era la mejor, ¡con un poquitín de queso rallado por encima! Es de esos platos que te abrazan el alma, ¿no crees?