Una buena ración de papas aliñás tiene pocos secretos. El principal es que la patata sea buena y que el tiempo de cocción sea el adecuado. Que no se queden crudas en el centro y que no se pasen de cocción para que no se deshagan mucho. Y cocerlas con la piel.
- 1 kilo de patatas para cocer
- Cebolleta
- Perejil
- Aceite de oliva virgen extra
- El zumo de 1/2 limón
- Sal
- Atún, caballa o sardinas en conserva
Normalmente recomiendan patatas nuevas para hacer este plato. Yo creo que con unas patatas de la variedad agria también quedaría estupendo.
Ponemos a cocer las patatas con la piel en abundante agua hirviendo con sal hasta que estén tiernas. Ese tiempo viene determinado por la facilidad que tiene una brocheta de madera en atravesarla de parte a parte, como la flecha en la manzana de Guillermo Tell.
Sacadlas y reservadlas hasta que las podáis manipular sin que perdáis las huellas dactilares. Quitar la piel y troceadlas en un tamaño cómodo para degustar. Preparad también un recipiente lo suficientemente grande para que podáis trabajar el aliñado posterior.
Para mi gusto, es importante echar el aceite cuando las papas están aún calientes. La patata quedará más sabrosa que si se aliñan en frío. Echad también el zumo de limón. Más que acidez, esa cantidad de zumo aportará frescor.
Cortad la cebolleta finita y añadid también bastante perejil picado. Añadid sal al gusto y removed con cuidado para no darle una paliza muy grande a las patatas.

Llegados a este punto podéis añadir atún o caballa, aunque yo prefiero unas sardinillas al limón. Le da un toque muy rico.